Es ese momento, no se sabe exactamente cuando llega pero tú
sabes que es el momento justo. Quizá no llegue cuando tú pretendías que
llegaría, y te coge así; de repente… A lo mejor es cuando acabas una partida de
cartas y has perdido por dos puntos, o cuando oyes la carcajada más fuerte y
contagiosa que jamás habías escuchado, es, simplemente, porque tenías acumuladas las ganas de
ser feliz. Y en ese momento concreto, en el que tus ojos se cierran y tus
pulmones recogen el aire necesario para saber que estás vivo, entiendes que tú
eres el que tienes el poder de tu propia vida.
domingo, 7 de julio de 2013
Tenías acumuladas las ganas de ser feliz
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