Y cuando ese día despertó, Wendy se dio cuenta de que su
camisón ya no era tan infantil como Peter Pan había deseado. Que las hadas se
convierten en lágrimas por no tener el poder de conceder deseos, y que los
polvos mágicos solo funcionan con sonrisas que hacen volar.
Y llamó a Caperucita Roja para contárselo; y ésta le dijo
que su lobo feroz se había convertido en el amor de su vida. Que sabía que esa
relación no era posible, que era tóxica, pero que no podía evitar salir al
bosque en su búsqueda cada noche. Y que había cambiado su capa roja, por unos
tacones de 12 centímetros.
También, Caperucita le contó a Wendy que Bella Durmiente
había dejado plantado al Príncipe Azul, y se había ido a estudiar economía; que
nadie había entendido ese arrebato de Bella, pero que ella cerró la puerta con
fuerza y con una sonrisa como equipaje.
Wendy no entendía que no habían entendido, pero recordó que
Ariel y su marido, habían renunciado al trono y habían desaparecido con un
folio en blanco y un lapicero naranja para dibujar el mapa del tesoro que iban
a encontrar, sin decirle a nadie donde iban, ni si volverían.
Entre tanto, las brujas de cada cuento, habían elaborado un
estatuto legal que defendía sus derechos, y ahora estaban de papeleos para
legalizar su sindicato. La introducción de ese estatuto del mal citaba:
“Nosotras, las brujas, no somos malvadas por naturaleza, son las princesitas
refinadas las que nos hacen enfadar; sin arrugas, ni puntas abiertas; sin un
mal michelín, y comiendo manzanas todo el día.”
Por cierto, Blancanieves y Cenicienta alquilaron un piso
céntrico en la ciudad y se pusieron a trabajar. Y con su primer sueldo,
contrataron a los Siete Enanitos para que fueran sus criados a media jornada:
cocinero, mayordomo, lavandero, amo de llaves, señor de la limpieza, chico de
los recados y chófer.
Y es que, Wendy recordó con dulzura que sus largas tardes
jugando y pensando en su futuro, un futuro de princesa, y se dio cuenta que su
futuro empieza en un minuto, y que los vestidos largos son muy incómodos para
participar en la intensa carrera con obstáculos llamada vida.
0 comentarios:
Publicar un comentario